La necesidad de mejorar y potenciar la enseñanza y el aprendizaje de las ciencias en cada uno de los niveles educativos es un acto urgente. En efecto, la investigación actual, sea esta a nivel nacional o internacional, así lo confirman.
Los resultados de estos estudios, revelan que, en general, los estudiantes solo alcanzan niveles de aprendizajes que van de lo muy simple y elemental a aprendizajes intermedios. Tampoco son muy alentadores los resultados en relación con el desarrollo de competencias metodológicas. Las estrategias que utilizan los alumnos frecuentemente, tanto en el plano educativo, como en la vida diaria, van de un manejo preliminar básico de indagaciones a un razonamiento muy simple respecto del análisis y síntesis de información.
Los resultados de estos estudios, revelan que, en general, los estudiantes solo alcanzan niveles de aprendizajes que van de lo muy simple y elemental a aprendizajes intermedios. Tampoco son muy alentadores los resultados en relación con el desarrollo de competencias metodológicas. Las estrategias que utilizan los alumnos frecuentemente, tanto en el plano educativo, como en la vida diaria, van de un manejo preliminar básico de indagaciones a un razonamiento muy simple respecto del análisis y síntesis de información.
Por otra parte, la necesidad de potenciar desde ésta área del conocimiento, el desarrollo de valores y actitudes a objeto de fortalecer la participación ciudadana es otra de las tareas pendientes. Quizás, las ideas más plausibles de este fracaso se fundamentan en principios pedagógicos enfocados hacia una educación planteada puramente desde el paradigma tradicional. El tecnicismo curricular y la fundamentación propedéutica de la enseñanza (en el logro de los objetivos escolares) son prácticas educativas que enajenan al aprendiz de los fines educativos y trasforman la acción pedagógica en un acto pasivo e irreflexivo.
Los aportes conceptuales, metodológicos, actitudinales y valóricos que pueden enriquecer la enseñanza de las ciencias, desde una didáctica renovada, quizás tengan sus fundamentos en la lógica instrumental muy propia de la ciencia positivista, elementos epsistemológicos muy arraigados en los modelos y enfoques de enseñanza de la actual pedagogía. La justificación de unos contenidos de ciencias que traspasen todo el currículo y los aprendizajes de los alumnos más allá de las paredes de sus aulas, no será posible, mientras los actuales fundamentos didácticos de la tradicional pedagogía sean derribados
Los aportes conceptuales, metodológicos, actitudinales y valóricos que pueden enriquecer la enseñanza de las ciencias, desde una didáctica renovada, quizás tengan sus fundamentos en la lógica instrumental muy propia de la ciencia positivista, elementos epsistemológicos muy arraigados en los modelos y enfoques de enseñanza de la actual pedagogía. La justificación de unos contenidos de ciencias que traspasen todo el currículo y los aprendizajes de los alumnos más allá de las paredes de sus aulas, no será posible, mientras los actuales fundamentos didácticos de la tradicional pedagogía sean derribados
En efecto, desde este paradigma educativo, tampoco será posible avanzar en la formación de los alumnos si no transformamos los principios pedagógicos que hemos establecido para su enseñanza. Es importante, por lo tanto, poner en marcha líneas didácticas de trabajo e investigación con miras a alcanzar una alfabetización científica global en los estudiantes y emprender acciones en la búsqueda de una teoría del hombre y su medio.
La educación en general, hoy más que nunca, debe perfilarse pensando en que sus propuestas y cambios sociales a los que aspira debe ser de relevancia transversal. Si bien es cierto, pretender desde aquí augurar claros horizontes sociales parece un desiderátum, no podemos escatimar esfuerzos para promover las acciones que sean necesarias. Pensar la problemática de la Enseñanza de las Ciencias al interior de los colegios como una dimensión y una función necesaria del proceso educativo demanda una formación que implica la integración de otras áreas del conocimiento.
Nuestros actos individuales y sociales, caracterizados por modelos tradicionales para abordar los temas relacionados con esta área han sido y siguen siendo todavía una visión reduccionista para pensarlos en sus reales dimensiones. La tarea que nos queda por resolver es que el aprendiz debe transformarse en un actor activo de su propia formación.
El
proceso de enseñanza actual, está determinado por una base didáctica que no
estimula el potencial de las capacidades cognitivas de los alumnos. Es en esencia, una
imposición desde arriba y desde fuera, asigna modelos, materias y métodos deterministas
a aquellos que solo se están desarrollando lentamente hacia la madurez. Hoy, el alumno es un consumidor de información, un ente pasivo de un
proceso que es activo y dinámico. Desde los primeros años de la educación obligatoria los
estudiantes aprenden a aislar los ámbitos del saber. Son formados para separar
unos aprendizajes de otros, así, pierden la aptitud de conectar, y por ende la
capacidad de pensar los problemas fundamentales (Morín y Hulot, 2008).
El panorama en materia
de Educación de las Ciencias es desalentador, después de varios años de permanencia de los alumnos en la escuela, sus concepciones alternativas no son transformadas. Los alumnos han participado de un proceso de
enseñanza en donde el conocimiento se concibe curricularmente dogmático,
teniendo poco en cuenta el modo en que este surgió, los cambios que
ocurrirán en el futuro o los procesos
cognitivos involucrados en su aprendizaje.
Todos estos aspectos
esbozados creemos que son elementos suficientes y necesarios para avanzar hacia
una nueva formación de nuestros educandos.
Proponer nuevas alternativas, ahora desde un paradigma global de enseñanza, fomenta una dimensión distinta del medio, una gestión sostenida de nuestros sistemas educativos y el surgimiento de una Nueva Escuela.... una Escuela, con sentido, más humana, solidaria e incluyente.
Proponer nuevas alternativas, ahora desde un paradigma global de enseñanza, fomenta una dimensión distinta del medio, una gestión sostenida de nuestros sistemas educativos y el surgimiento de una Nueva Escuela.... una Escuela, con sentido, más humana, solidaria e incluyente.
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