Somos testigos directos como el resultado de nuestras acciones nos
ha llevado a hacer explícitos problemas de trascendencia mundial que afectan de
manera particular cada rincón del planeta. Uno de los asuntos con mayor
relevancia en el último tiempo ha sido el deterioro ambiental. Este problema se
ha visto agravado con el paso de los años debido a una multiplicidad de causas
entre las que figuran como relevantes: el aumento de la población, la sobre
explotación de los recursos naturales, el crecimiento de las industrias, del
parque automotriz, la contaminación del aire, del agua, del suelo, la
desertificación, la perdida de biodiversidad, entre otros. Aunque la biosfera
se autorregula constantemente (Lovelock, 2007) lo que distingue a nuestra
sociedad de las anteriores ha sido la rapidez en la modificación de esta
dinámica planetaria.
La revolución científico- técnica y el carácter universal
de algunas de sus acciones han sido elementos suficientes para acelerar aún más
dicho proceso. Bajo estas ideas, finalmente, subyacen las
consecuencias de una humanidad que poco a poco, y cada vez con más fuerza,
descansa en los ideales que por largos años nos han encaminado a una separación
casi por completo de la naturaleza. En consecuencia, es trascendental abordar
estas problemáticas y de la misma forma es necesario ofrecer un aporte y nuevas
propuestas para ser llevadas a cabo desde la educación. Los retos planteados al sistema educativo
actual no son nuevos, lo que si los hace diferente quizás sea su complejidad y
el heterogéneo escenario social de donde estos emergen. Una humanidad cada vez más comprometida y
preocupada por los problemas de su tiempo, ofreciendo nuevas vías de trabajo,
siendo parte de ellos y no observándolos desde la periferia son hoy aptitudes
ciudadanas que necesariamente deben surgir desde la educación.
Detrás de cada problema relacionado con el
deterioro del ambiente hay un desafío que organizar, unos pensamientos que
orientar y unas acciones que emprender. El trabajo colectivo y la concatenación
de ideas hacia determinados fines se perfilan hoy como las herramientas
sociales más efectivas del quehacer medioambiental. El conocimiento de los espacios en que
vivimos, nos recreamos y disfrutamos, integrando todos los elementos e
incluyendo aquellos que parecen disociados, son fundamentales en la adopción de
una visión distinta de la naturaleza. Nuestro conocimiento, a veces, limitado
del mesocosmos, nos deja fuera de sus fronteras. La lejana percepción que tenemos de los
grandes problemas del medio como: la destrucción de hábitats, la pérdida y
degradación de humedales, los excesos de la pesca, la contaminación de las
costas o las pérdidas de tierras de cultivo, están tejidos en la gran red de la
vida y por lo tanto nos tienen que importar tanto como si fueran parte de
nuestra inmediatez. Las evidencias constatadas del deterioro
ambiental en los párrafos precedentes, sean estas a nivel mundial,
latinoamericano y chileno, son sólidos argumentos para promover nuevos
proyectos ciudadanos. El discurso argumentativo de un nuevo
paradigma en las relaciones del hombre y su medio (si bien están presentes en
nuestra sociedad), en las experiencias del día a día no se ven reflejadas. Finalmente, no debemos olvidar, que en los
grandes problemas del ambiente esta el reflejo de una acción ciudadana de la
que todos somos responsables.
El sistema educativo, por supuesto, desde aquí
tiene ya planteado su gran desafío. Los escenarios sociales en los que viven y
les tocará vivir a los escolares nos deben motivar en lo actual a buscar
diferentes alternativas de trabajo escolar para ajustar nuestros ideales
pedagógicos a los requerimientos de sus necesidades y sus aprendizajes. Hoy los alumnos deben educarse conociendo
las bases epistemológicas de los problemas concernientes con el hombre y su
medio. Es fundamental que las comprendan como hechos de múltiples relaciones
que han tenido su origen a partir de un complejo entramado de significados.
Adquirir estos saberes, no sólo es registrar una serie de informaciones: datos,
fechas, años, hechos, antecedentes, etc. es sobre todo, configurar un proceso
que es integrador, cambiante, relacional y activo. Una efectiva enseñanza y aprendizaje del
medio debe hacer tomar conciencia a los estudiantes de las reales consecuencias
que ello implica para sus vidas. Es importante que los educandos entiendan la
dinámica de los ecosistemas, y cuando hablamos de ecosistemas también nos
estamos refiriendo a su microcosmos: Su hogar, su barrio, su colegio, las zonas
tradicionales del pueblo o la ciudad.
También los espacios de frecuencia
irregular, el mesocosmos: la montaña, el bosque, el río, el mar, la playa, el
lago, el pequeño riachuelo, las carreteras o vías alternativas que transita con
sus amigos o familiares, etc.
Es preciso que los alumnos reflexionen a
cerca del rol de los vegetales, la importancia de las poblaciones y las
comunidades, el valor de la biodiversidad, desde los organismos microscópicos
unicelulares hasta los grandes mamíferos. Las interacciones entre distintos
organismos, los ciclos biogeoquímicos, los biológicos o simplemente la
trascendencia de comprender la dependencia de su propia existencia en un
constante devenir de múltiples interacciones. Los alumnos necesitan aprender desde
experiencias pedagógicas holísticas, ya sea desde la riqueza educativa que se
puede generar en la escuela, o bien, a través de experiencias formativas que se
pueden llevar a cabo dentro la comunidad. La interacción con sus pares, con sus
maestros, con la familia, los amigos, el contacto con la naturaleza, las
organizaciones sociales, etc. Son recursos didácticos que transforman la
experiencia educativa tradicional.
¿Qué es la Educación Ambiental?
“Proceso que consiste en acercar a las personas a una concepción global del medio ambiente para resaltar valores y desarrollar actitudes y aptitudes que permitan adoptar una posición critica y participativa respecto a las cuestiones relacionadas con la observación y correcta utilización de los recursos y la calidad de vida” (Maria Novo, 1986).
“Proceso que consiste en reconocer valores y aclarar conceptos con el objeto de fomentar destrezas y actitudes necesarias para comprender y apreciar las interrelaciones entre el hombre, su cultura y su medio físico. La educación ambiental incluye la práctica en la toma de decisiones y la propia elaboración de códigos de comportamiento relacionado con la calidad del entorno inmediato al ciudadanos” (Comisión de Educación de la UNESCO, París, 1970).
“Proceso en el curso del cual el individuo va consiguiendo asimilar conceptos e interiorizar las actitudes por las cuales adquieren las capacidades y comportamientos que les permiten comprender y hacer juicio de las relaciones de interdependencia establecidas entre la sociedad, con su modo de producción, su ideología y su estructura de poder dominante, y su medio biofísico, así como actuar en consecuencia con el análisis efectuado” (Cañal, García y Porlán, 1985.
Objetivos y metas de la Educación Ambiental
1º Tomar conciencia. Esto implica ayudar a las personas y a los grupos sociales a que adquieran mayor sensibilidad y conciencia del medio ambiente y de sus problemas.
2º Adquirir conocimientos. Es importante ayudar a las personas y a los grupos sociales a adquirir una comprensión básica del medio ambiente.
3º Desarrollar actitudes. Es fundamental ayudar a las personas a adquirir valores sociales potenciando en ellos un profundo interés por el medio ambiente.
4º Mejorar nuestras aptitudes. Debemos de ayudar a las personas y a los grupos sociales a adquirir las aptitudes necesarias para resolver los problemas ambientales.
5º Mejorar la capacidad de evaluación. Es básico ayudar a los grupos sociales a evaluar las medidas y los programas de EA.
6º Mejorar la participación ciudadana en los problemas sociales. Es esencial ayudar a las personas y a los grupos sociales a que desarrollen su sentido de responsabilidad.
Directrices básicas que debería tener todo Programa de EA
1.- Debe considerar al ambiente en su totalidad.
2.- Debe ser un proceso continuo y permanente.
3.- Debe adoptar un método interdisciplinario.
4.- Debe enfatizar la participación en la prevención y solución de los problemas ambientales.
5.- Debe examinar las cuestiones ambientales en una perspectiva mundial y también regional.
6.- Debe basarse en las condiciones ambientales actuales y futuras.
2.- Debe ser un proceso continuo y permanente.
3.- Debe adoptar un método interdisciplinario.
4.- Debe enfatizar la participación en la prevención y solución de los problemas ambientales.
5.- Debe examinar las cuestiones ambientales en una perspectiva mundial y también regional.
6.- Debe basarse en las condiciones ambientales actuales y futuras.
7.- Debe examinar todo el desarrollo y crecimiento desde el punto de vista ambiental.
8.- Promover el valor y la necesidad de la cooperación en la solución de los problemas ambientales.
Principios generales de la EA8.- Promover el valor y la necesidad de la cooperación en la solución de los problemas ambientales.
1.- La naturaleza existe para todas las especies de la tierra.
2.- Los recursos naturales son limitados.
3.- Nuestro éxito en la biosfera depende en aprender a colaborar con otros seres humanos y con los demás organismos de la naturaleza.
4.- Es fundamental que comprendamos la importancia de mantener la integridad ecológica y la biodiversidad.
5.- Cuando tenemos que alterar la naturaleza para satisfacer nuestras necesidades debemos evaluar dichas acciones para que generen el menos daño posible en el corto, mediano y largo plazo. Así como también proponer alternativas y métodos para remediarlas.
6.- No debemos olvidar que las mejores herramientas para proteger a las especies son aquellas que implican la protección de sus ecosistemas en los que viven y se desarrollan.
7.- Es importante comprender tanto como podamos acerca de los enlaces e interacciones que se producen dentro de los ecosistemas y como en estos nosotros somos una especia más.
8.- Es esencial que utilicemos técnicas de pensamiento crítico para planificar, actuar y evaluar.